Mi nombre es Raquel Carragal Da Costa, soy Readaptadora de Lesiones en Marín, un pequeño pueblo situado cerca de Pontevedra (Galicia). Uno de mis pacientes sufre Esclerosis múltiple y quise aportar mi granito de arena y ayudarlo tanto a él como a todas aquellas personas que sufren esta enfermedad, por ello decidí crear el reto solidario “Kilómetros a favor de la Esclerosis múltiple 1km-1€. El reto consistió en recorrer los casi 70 km que separan Pontevedra y Santiago de Compostela corriendo por el camino de Santiago con el objetivo de conseguir 1000€ para seguir impulsando la investigación en Esclerosis múltiple.
El sábado día 15 de mayo empecé mi andadura, salí sobre las 6:30 de la mañana de Pontevedra y la lluvia me acompañó durante todo trayecto, fue a partir de Caldas cuando el tiempo empeoró y tuve que correr con mucho viento y mucha lluvia. También fue a partir de Caldas dónde comencé a encontrarme con algún peregrino que iba haciendo el camino.
Durante todo el recorrido llevé un ritmo cómodo que me permitió disfrutar del paisaje y de la ruta, fui tranquila y la lluvia lo hizo todavía más especial ya que me encanta correr bajo la lluvia. Mi marido me esperaba cada 5-6 kilómetros para reponerme bebida y comida: naranja, plátano, frutos secos etc.. y el último tramo Padrón-Santiago fue especialmente duro ya que hay mucha carretera, pero iba muy mentalizada. Después de más de 50 km corriendo al final lo que te hace continuar es la cabeza y el corazón.
El último kilómetro antes de llegar al Obradoiro fue muy especial ya que se lo dediqué a mi familia porque en ese momento fue mi mayor empuje y mi gasolina. La llegada fue muy emocionante, con los sentimientos a flor de piel.
El camino te cambia, te ayuda a pensar y a ser aún más consciente de la suerte que tenemos de contar con todo lo bueno que podemos disfrutar, en mi caso de tener salud, de tener a mi gente y a mi familia.
Con este reto he querido poner mi granito de arena para visibilizar más la Esclerosis múltiple y que la gente se anime a donar, que no nos cuesta nada y cada aportación es importantísima.
Estoy feliz de haberlo hecho y lo volvería hacer ya que creo que debemos ayudarnos y no debemos de perder los valores básicos de nuestra sociedad, tenemos que estar unidos, ser más humanos y solidarios, ninguno de nosotros estamos libres de sufrir esta enfermedad así que poder ayudar a personas como mi paciente hace que mi trabajo valga la pena.
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